Aquí me quedo. Y me pregunto: ¿Sé yo quien es Jesús Nazareno? ¿Me preocupo por conocerle, por pedirle que abra mi mente y vea su Amor Misericordioso? ¿Le pido paciencia, si su Voluntad es que camine a ciegas, pero siempre en la dirección que me conduce a Él? ¿Le pido e insisto que tenga la fortaleza necesaria para seguirle y no quedarme en el camino?¿Y que pueda dar un salto, como Bartimeo, y ponerme a su lado para pedirle que abra mis ojos a la luz de ver el Camino, la Verdad y la Vida?
Te pido, Señor,
que mantenga siempre encendida la llama viva e incandescente de seguir tus
pasos, de ser tu discípulo y de nunca desfallecer a pesar de mis debilidades,
perezas, pecados y fracasos. Haz, Señor, que siempre vea esa Luz que me lleva a
Ti. Amén.