domingo, 10 de marzo de 2019

TENTACIONES

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Lc 4,1-13
Todos somos tentados en nuestras vidas y, sobre todo, en los momentos de más debilidad. Jesús no fue apartado de ésta realidad y como hombre encarnado en naturaleza humana también fue tentado. Al comienzo de su vida pública se retiró al desierto y allí Dios permitió que Jesús fuera tentado para probar si el poder que recibía era usado para su comodidad material: "Di a estas piedras que se conviertan en pan", o si lo usaba para alcanzar poder y gloria: "Te daré el poder y la gloria de todo esto", y probado en su confianza en Dios: "Si eres hijo de Dios tirate de aquí abajo".Jesús vence las tentaciones con la referencia y certeza de la Escritura: "No sólo de pan o de poder vive el hombre sino de la Palabra de Dios (de "La palabra de cada día, Evangelio 2019"

Esta experiencia de Jesús encarnado en Naturaleza humana nos recuerdan que también nosotros somos tentados. Tentados por un mundo que nos seduce, que aprovecha nuestros momentos de debilidad para ofrecernos comodidades, placeres, poder y gloria. Un demonio que está al acecho buscando el momento oportuno, para en nuestros propios desiertos ofrecernos comodidades y poder. Y una carne, inclinada por la concupiscencia a los placeres y satisfacciones que sus propios instintos le proponen.

Por eso, necesitamos, como Jesús, estar muy unidos a Dios e injertados en el Espíritu Santo. La oración, el ayuno y la limosna pueden  ayudarnos a fortalecer nuestro espíritu y poder salir victorioso de esa lucha contra las tentaciones que nuestro mundo, el demonio y nuestra propia carne nos presentan. Este tiempo de cuaresma nos sirve de alimento y fortaleza para prepararnos en este sentido y no desfallecer a estas tentaciones en las que están contenidas todas.

Vivamos en el día a día la meditación y reflexión de la Palabra para, fortalecidos y animados en ella podamos vencer a cada instante las tentaciones que nos son presentadas por el mundo, demonio y carne.