martes, 30 de junio de 2020

MOMENTOS DE TEMPESTADES

MATEO 8, 23-27 | Seguir a jesús, Frases religiosas, Evangelio

 Mt 8,23-27
Vivimos un tiempo donde el Evangelio de hoy se puede aplicar muy bien a estos momentos de tempestades, olas gigantes y dificultades que amenazan poner nuestra Vida Eterna en peligro. Si ya tenemos peligros que se derivan de nuestra propia naturaleza humana, débil y herida por el pecado, cuánto más cuando el mundo, demonio y carne nos tientan y amenazan con esta manera de manipularnos y despojarnos de nuestros derechos a pensar libremente. Indudablemente, navegamos en unos mares tempestuosos y bravos que amenazan con hundir nuestra Barca de salvación.

Sin embargo, y a pesar de nuestros miedos, sabemos que Jesús está con nosotros. Él nos lo ha dicho y, su Palabra siempre se cumple. Y así, tal como nos lo dice el Evangelio hoy, Jesús interviene y suaviza esas tempestades y obstáculos que amenazan nuestra vida. Pero, más la Vida verdaderamente importante, la Vida Eterna.

Jesús siempre está con nosotros. Eso es Palabra de Dios, porque es su misma promesa, y nosotros tenemos y debemos confiar en Él. La Iglesia, la Barca en la que navegamos, estará siempre protegida y los poderes del Maligno no podrán con ella - Mt 16, 18 -. Eso debe darnos tranquilidad aunque en algunos momentos la oscuridad nos ciegue y llegue a desesperarnos, tal y como ocurrió en aquel momento a los apóstoles cuando sufrieron la tempestad y Jesús parecía estar durmiendo.

Igual nos puede suceder a nosotros hoy. Hay muchos momentos en nuestra vida que Jesús parece ausente y pensamos que se ha ido y que estamos a merced de los poderes del maligno. No perdamos nunca la esperanza de sabernos asistidos y acompañados por y con el Espíritu Santo. Ese mismo Espíritu Santo que acompañó a Jesús al desierto y vino a nosotros en la hora de nuestro bautismo.