martes, 27 de febrero de 2024

DESPOJADOS DE TODA VANIDAD Y LLENOS DE ACTITUDES DE SERVICIO.

Diría que para el cristiano el mundo debe invertirse y mirarse al revés. Porque, en lugar de escalar puestos, de trepar grados y alturas, búsquedas de lucimientos y admiraciones, de querer ser admirado, llamado maestro y padre y de ser considerado superior, un cristiano tiene que despojarse de todas esas tentaciones y vanidades y, abierto al servicio, revestirse de humildad y generosidad por amor.

Seguir a Jesús es ponerlo en el centro de tu corazón y ser el objetivo a cada instante de tu mirada. Tu vida será un constante mirarte en Él y dejar afuera de tu corazón esas cinco actitudes de iniquidad que Jesús remacha en el Evangelio de Mateo: a) que no te llamen maestro; b) que dejes de considerarte padre; c) que no se traten de consejeros; d) que sean servidores; y e) que sean humildes.

Entramos en un mundo de rivalidad, de comparaciones y de trepar hacia escalafones y jerarquías que terminarán por destruir la propia vida. Jesús terminará por decirnos que el que quiere ser primero que sea el último.