lunes, 30 de enero de 2023

UN ENCUENTRO QUE TRANSFORMA PLENAMENTE

Mc 5, 1-20

Es evidente, quien encuentra a Jesús cambia su vida. Y la cambia porque encontrar a Jesús es encontrar ese Tesoro que estamos buscando y que no sabíamos donde buscarlo. Escuchar a Jesús es darnos cuenta de la Verdad, encontrar el Camino y celebrar la Vida. Camino, Verdad y Vida están representadas e implícitas en la Persona y figura de Jesús. Es el Señor, el Hijo de Dios Vivo.

Se pone de manifiesto una vez más los privilegios, sobre todo, los económicos o los de prestigio y fama individual de un determinado personaje. ¿A quién le importa la sanación de ese marginado, excluido y apartado en los cementerios y poseído demoníacamente? Prima los intereses económicos y molesta Jesús que se preocupa por ese hombre poseído y le sana. En consecuencia se le invita a marcharse y a dejarle tranquilo.

Les preocupa que esa transformación cambie el orden que ellos han establecido y que les interesa. ¿No nos recuerda eso algo a lo que nos está pasando actualmente? Preocupa la familia, la educación en valores y verdad – la Iglesia – y todo lo que vaya dirigido a buscar el bien de la sociedad dentro de la concordia, la paz y la justicia.  Hoy, como ayer, molesta la presencia de Jesús, su Palabra y su Amor Misericordioso. Y más que el sanado y convertido haga de su vida una proclamación de la Palabra y comparta lo que Jesús ha hecho con él.

No importa lo que suceda a las personas, al pueblo ni al bien común. La imagen de ese endemoniado, apartado y excluido, conviene mantenerla ahí, controlada y sometida. Mientras ellos programan sus intereses económicos, ideológicos, educativos con el fin de tener a la piara controlada. Les duele su precipitación por el acantilado hacia el mar por el valor económico que pierden. No hay otro motivo. Quizás tengamos y debamos replantearnos donde están nuestros verdaderos intereses. Tú tienes la palabra.