Esa es la pregunta, ¿estoy
buscando a un Jesús que me resuelva mis problemas y necesidades o estoy buscando
a un Jesús que ha dado la vida por mí y se hace pan de vida y alimento para
darme vida eterna en plenitud de gozo y felicidad? Porque, dependiendo del Jesús
que busque, estaré apoyando mi vida en una Roca o en arena movediza.
Y las consecuencias se
irán viendo a lo largo de nuestro recorrido por este mundo. Un mundo lleno de
tentaciones que seducen y que nos obligan a discernir cada paso de nuestra vida
sobre el seguimiento a Jesús. Porque, en él, encontraremos dificultades,
tropiezos, debilidades, deseos de abandono, contratiempos, tormentas,
tentaciones, dudas, decepciones, frustraciones … etc.
Sin embargo, Él siempre
estará ahí, a nuestro lado, firme, sin cambios, inmutable, el mismo, generoso,
omnipotente, infinito y lleno de amor misericordioso esperando tu conversión.
Dependerá de ti, de que te des cuenta de que todo lo que buscas: pan, seguridad,
salud, bienes, felicidad y vida eterna está en Él.