Y hoy, después de
más de dos mil años seguimos pensando de la misma manera. Hay muchos creyentes,
incluso comprometidos, que no quieren oír hablar de la muerte ni tampoco del
dolor. Es evidente que eso es contrario a nuestro instinto natural y que
nuestra naturaleza lo repele, pero, también es más que evidente que sabemos que
la puerta para ir a la Casa del Padre tiene billete de muerte. Es decir, la
muerte nos abre la puerta de la Resurrección por los méritos de nuestro Señor
Jesucristo e Infinita Misericordia de su Padre Dios.
Nos sentimos más
inclinados a buscar seguridades, puestos de relevancia y prestigio y nos
olvidamos de que nuestro camino es un camino de abnegación, de darnos, de dolor
en muchos momentos y de muerte. Porque, la única manera de ir a la Gloria junto
al Señor es darnos en amor misericordiosamente como se nos ha dado el Padre, el
Hijo y el Espíritu Santo.
Nuestro Señor se
cansó de decírnoslo, de explicarnos su Camino, su Verdad y su Vida, Se les
estuvo apareciendo cuarenta días para mostrarle que lo que les había dicho era
cierto. Y, ya al final, nos ha enviado el Paráclito, para que termine de decirnos
y alumbrarnos todo lo que nos falta por saber y experimentar. Pero, una cosa es
muy necesaria, la Paz. Necesitamos estar en paz para que el Espíritu Santo haga
morada en nosotros. Porque sin Paz no viene ni puede entrar en nosotros.
La mala noticia es
que tardamos mucho, y perdemos muchos tiempo en cosas superfluas y corruptas
para darnos cuenta y entender la Palabra que Jesús nos regala cada día. La
Eucaristía es un regalo que no tiene precio y en donde podemos encontrarnos con
Jesús real y directamente. ¡No lo dudes!, y pídeselo al Espíritu Santo.
La Buena Noticia es que Jesús no se cansa de alumbrarnos, de explicarnos, de enviarnos al Espíritu Santo. Estuvo con los apóstoles, en su paso por este mundo hasta el final. Y, ya Resucitado, sigue estando con nosotros hasta el final de nuestra vida en la Eucaristía y dentro de todo aquel que cree en su Palabra y le abre su corazón. ¡Aprovechemos el tiempo de nuestra vida terrenal!