Lc 11, 29-32 |
Piden signos y
pruebas que les satisfagan y que les obliguen a creer. Jesús no se detiene ni
responde a sus criticas y rechazos. Su Obra está a la vista y la fe vendrá a
aquellos que libremente abran sus corazones. Muchos las interpretan a su
manera; otros se las atribuyen al demonio y otros pasan indiferentes, están concentrados
en sus objetivos materiales y mundanos. Sus preocupaciones pasan por alcanzar
éxito, riqueza y pasarlo bien.
Jesús propone su Camino,
su Verdad y su Vida sin detenerse a dar explicaciones. La fe es una propuesta
libre que tú puedes aceptar o dejarla pasar. El Evangelio de hoy miércoles nos
lo expone claramente en la figura de Jonás, abriendo cada vez más su horizonte
a los necesitados, a los que están en la periferias y abren sus corazones a su
Palabra. Es ahora, en este momento cuaresmal, cuando y donde debemos
preguntarnos en dónde estamos nosotros y cual es nuestra respuesta a esa
Palabra de Jesús.
¿Qué signos esperamos? ¿Dónde ponemos el acento de nuestra vida? ¿Respondemos a la llamada que Jesús nos hace dando así testimonio con nuestra vida, o nos dejamos ir por la corriente que el mundo nos propone?