No es nada nuevo,
siempre ha pasado y sucedió en el tiempo de Jesús y con Jesús. Cuando se habla
en verdad y se defiende la verdad frente a la injusticia y mentira suceden esas
cosas. Las respuestas son: «Están locos; eso
es disparatado; no coordina y le falta un tornillo…etc.».
Y la actuación de Jesús no fue una excepción.
Supongo que
también nosotros, siendo familiares de Jesús, hubiésemos actuado igual.
Incluso, seguimos actuando igual. La experiencia que podamos tener se esconde
en esa realidad: ¿No te ha pasado que nos has hecho tal cosa por no enfrentarte
o tener el enfado, la replica de tus familiares y allegados? Quizás también por
no romper con tu situación familiar establecida. Sí, indudablemente yo al menos
me confieso haber sentido cierto miedo a la inseguridad, a las consecuencias y
a los problemas que te puede traer actuar en ciertos momento como pensabas que
debías actuar. Y todavía me pasa.
Son esos momentos
cuando descubres la imperiosa necesidad de la asistencia del Espíritu Santo y
la medida de tu pequeñez, de tus miedos y debilidades. De alguna manera ese
miedo y frustración puede convertirse en gracia de descubrir tu pequeñez y la
necesidad del Espíritu Santo que ya desde el instante de tu bautismo está
contigo.
Nada de locura, ni
de no estar en mis cabales. Y menos Jesús, el Señor. Jamás se puede estar más
cuerdo, porque Amar de forma plena y misericordiosa, incluso al enemigo es el
Tesoro de la felicidad. Y lo es porque así lo enseñó y vivió con sus obras
Jesús. Y lo es porque Él dio su Vida por todos nosotros y para que
entendiésemos que solo amando, como Él nos enseñó, podemos encontrar la
verdadera paz y felicidad plena y eterna.