lunes, 18 de abril de 2022

UNA FE VIVA Y QUE SE VE


Cuando no hay razones donde apoyarse, se buscan justificaciones y apariencias apoyadas en mentiras y falsedades. No podía aceptar ni admitir que Jesús había resucitado. Pero, tampoco pueden negar la realidad, el sepulcro estaba vacío. ¿Dónde, pues, estaba el Cuerpo de Jesús? ¿Acaso se puede admitir que los apóstoles, asustados y temerosos se lo llevaran? ¿Y qué iban a hacer con Él? ¿Dar la vida, como así fue, por una mentira? ¿Se puede creer eso?

Las mujeres fueron las primeras en ver el sepulcro vacío y luego a Jesús. Sorprendidas y temerosas corrieron a comunicarlo a los apóstoles. ¿Imaginamos a los apóstoles recibiendo la noticia de las mujeres habiendo robado ellos el Cuerpo? ¿Se sostiene ese disparate? ¿Y, cómo es que después corren Pedro y Juan hacia el sepulcro asombrados por la noticia? ¿Se pueden creer estas mentiras que han difundido entre los judíos hasta hoy?

No hay otra alternativa, ¡Jesús Vive y ha Resucitado! Son los apóstoles, los que han creído en Él, los que le han visto, porque, solo a ellos se les aparece. Está claro, Jesús Vive y se deja ver por aquel que cree en Él. La fe es la prueba que se nos exige, antes, hoy y después. Razones un montón, pero, la duda siempre estará porque en nuestras cabezas no cabe ese Infinito Misterio. Será, siempre, el Señor quien te dará la Gracia de poder verle y creer en Él. Pero, antes te pide tu confianza y fe en Él.