miércoles, 15 de junio de 2022

EL ÉXITO DEL MUNDO CIEGA EL CORAZÓN

—Si delante de otros exhibes tus cualidades y tus talentos con la intención de ser visto y que te admiren y aplaudan, tienes ya tu recompensa. ¿Acaso buscas más.

—Siguiendo tu exposición, Manuel, quien busca el éxito y fama en este mundo con la intención de ser enaltecido, se pierde. ¿No es eso lo que has dicho?

—En efecto, eso he querido decir —respondió Manuel—. Y tú lo has resumido muy bien. Quien, ya lo dijo Jesús -Mt 16, 25- busque su vida en este mundo tratando de ganarla y llenándola de riquezas, fama y éxitos, la perderá.

—Y quien la dé gratuitamente por hacer el bien a los más necesitados en nombre del Señor, la salvará —apuntó Pedro.

—De forma —siguió Manuel— que quien gane su vida aquí, buscando sus intereses, satisfacer sus apetencias, pasiones y buscando su propia vida y felicidad, se encontrará que, al final, todo será vano y la perderá eternamente.

—Y esa es la experiencia que tengo yo —dijo Pedro—. Nada en este mundo te da esa felicidad que buscas. Una felicidad que te llene de paz, de gozo y del saber que haces lo correcto, lo que es bueno y sirve para que otros vivan también mejor.

—Correcto —dijo Manuel— toda exaltación, todo lucimiento, todo lo realizado con la intención de ser visto trae segundas intenciones. Estás, por tu propio egoísmo, buscando ser alabado y admirado y desplazando al Señor, a quien solamente debes alabar y adorar poniéndolo siempre en el primer plano de tu vida.

—Porque todo nos viene de Él —comentó Pedro.

 

Tu público es Dios, y todo tus actos deben estar dirigidos a Él según su Voluntad. No busques exaltaciones ni éxitos aprovechando tus buenas obras y oraciones, busca solo amar como nos ama nuestro Padre Dios. Ese es el mensaje que nos ha dejado Jesús, el Hijo de Dios, y no solo el mensaje, sino su testimonio de Vida y Obras: Mt 6,1-6.16-18): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para...