jueves, 18 de junio de 2020

UNA ORACIÓN QUE LIBERA

Hágase tu voluntad padre... (con imágenes) | Oración diaria ...
Mt 6,7-15
Posiblemente caigamos en la trampa de buscar oraciones bien construidas y con una metodología estudiada y disciplinaria. Todo eso puede que esté bien, pero nunca, al menos a mí, me ha llenado plenamente. Porque, entiendo la oración como una relación amorosa con el Padre. Ese Padre Dios que se te ha revelado en el Hijo y te ha descubierto su Amor Infinito y Misericordioso sin condiciones y abierto a tu elección libre. Es un Padre Dios bueno que te ofrece la felicidad eterna.

La oración, por tanto, no puede ser una relación apoyada en técnicas de comunicación, sino una actitud nacida de la necesidad de ir unido a tu Padre Dios, porque le necesitas para vencer tus propias pasiones, nacidas de tu naturaleza herida por el pecado y para crecer y superar cada día las dificultades y tentaciones que te amenazan con alejarte del Señor.

Se trata, pues, de una relación filial, es decir, de un Padre que te da confianza y que te auxilia en todo lo que realmente necesitas para ser feliz. Un Padre que te da confianza y te libera de las posibles caretas que llevamos con nosotros y con las que escondemos nuestras debilidades, nuestras pobrezas o mostramos nuestros méritos y éxitos. Un Padre que nos invita, nos da fortaleza y nos llama a presentarnos tal y como somos, sin escondernos de nuestros defectos, pero mostrando nuestras ganas y deseos de crecer y ser mejores en la vivencia de nuestro amor.

Un Padre al que llamo Padrenuestro, y que nos implica a todos como sus hijos, relacionándonos a los unos con los otros. De ahí se desprende nuestra actitud solidaria, porque, no es un Padre mío, sino un Padrenuestro. Y un Padre que nos llama a vivir en la verdad y la justicia. Una verdad y justicia social y comunitaria, porque, no sólo le importo yo sino que le importan todos. Y, desde Él, acoger su Misericordia para todos.