lunes, 16 de noviembre de 2020

HOY TAMBIÉN PASA EL SEÑOR A TU LADO


No solo le ocurrió a Bartimeo, sino que también nos ocurre a cada uno de nosotros. El Señor pasa también hoy por delante de nosotros y espera nuestra llamada, nuestra petición de ver la luz que verdaderamente necesitamos para caminar hacia esa felicidad que buscamos. Quizás, suceda que no te das cuenta y no lo adviertes, o que supones que quedándote quieto, pasivo e instalado estás mejor.

Bartimeo no lo pensó así. Estaba ciego, pero, al advertir que Jesús pasaba por allí irrumpió en gritos pidiendo ver. Posiblemente, nuestra ceguera también nos impida ver, pero no advertimos que Jesús, que camina con nosotros pueda devolvernos a la luz. Esa Luz que alumbra el único y verdadero camino de la felicidad. Porque, Jesús si está a nuestro lado es porque espera que nosotros le pidamos esas necesidades que, por nuestros pecados no vemos. Ya nos lo ha ido recordando estos días atrás con otras parábolas: las doncellas necias y prudentes; el juez injusto.

Jesús quiere que espabilemos y que nos demos cuenta de la necesidad de salvación verdadera. Y no hay otra sino Él. Él es el Reino - también nos lo ha dicho - la Buena Noticia de Salvación y nos anima a estar vigilantes, disponible y en actitud de servicio. Nos lo ha dicho ayer domingo - parábola de los talentos -. El Papa nos recordaba en su homilia que quien no vive para servir no sirve para vivir. Todo lo hemos recibido por la Gracia de Dios, y de forma gratuita, así que todo tenemos, porque es Voluntad de Dios, que ponerlo al servicio de los demás, sobre todo de los más pobres y necesitados. Ahí realmente se esconde nuestro gozo y felicidad. ¿Es que no lo notas, no lo adviertes?

Sabemos lo que ocurrió con Bartimeo, lo leemos en el Evangelio - (Lc 18,35-43) - pero lo que nos importa a nosotros es, ¿qué respuesta le damos a Jesús cuando pasa por nuestra vida? Porque, la realidad es que verdaderamente pasa. Ahora tu respuesta tiene la palabra.