jueves, 2 de febrero de 2023

UNA LUZ QUE BRILLA DESDE Y EN LO MÁS PROFUNDO DE NUESTRO CORAZÓN.

Lc 2, 22-32

Jesús no aparece por arte de magia ni de forma repentina como si se tratara de una aparición misteriosa. Jesús nace y vive en una familia como cualquier ser humano de este mundo. Es verdad que el Misterio de la encarnación está ahí, pero Dios ha concebido un plan encarnando a su Hijo en una familia y en las coordenadas concretas de un pueblo.

La historia está ahí, como cualquiera otra historia y su realidad es tan cierta como la vida misma. El planteamiento es el siguiente:  creer o no creer. Creer en el Jesús humano injertado en un pueblo con su naturaleza y sangre humana y sujeto a sus tradiciones y leyes. Jesús, eso sí, sin perder su Naturaleza Divina, nace y vive en un pueblo siguiendo los tiempos del desarrollo humano. Oculto, tras una infancia y juventud sencilla, ordinaria entre los suyos. Posiblemente junto al taller de carpintero de su padre.

Es lógico que tras su irrupción en la vida pública sus paisanos se extrañen sorprendentemente. ¿Quién es este hombre? ¿De dónde le viene tanto poder y sabiduría? Lo meditábamos en el Evangelio de ayer. Sin embargo, Jesús sigue el proceso y el plan que su Padre le había marcado. Sometido a las leyes pasa por la oblación de entregar un par de tórtolas o dos pichones como primogénito de su familia. Y he aquí que el anciano Simeón, impulsado e iluminado en el Espíritu Santo, nos da la primera confirmación de que aquel Niño es el señalado y enviado por el Padre para alumbrar a las naciones. Simeón nos da la pauta para fijar nuestra mirada en ese Niño. Es el Mesías del que habla el Antiguo Testamento. Es el enviado para liberarnos de la esclavitud del pecado.

Ahora, nos toca a cada uno de nosotros optar y decidir por creer. La fe es un don y hay que pedirla. Pedirla todos y cada uno de los días de nuestra vida porque su fragilidad es tal que la podemos perder. Jesús sigue el plan que el Padre le ha encargado y, llegado su momento y su hora, irrumpirá en el pueblo elegido anunciando la Buena Noticia.