domingo, 25 de febrero de 2024

NO ENTENDÍAN LO DE RESUCITAR DE ENTRE LOS MUERTOS

Tampoco entendemos nosotros lo de la resurrección. Hasta el punto de que muchos no lo creen y otros, aunque lo creen o quieren creerlo no lo entendemos. Es evidente que eso de resucitar no cabe en nuestra cabeza y, por lo tanto, es una prueba de fe. Necesitamos la fe para creer. Tendremos que echar mano de esa fe que tuvimos en nuestra época de niño en nuestro padres y de los que nos fiábamos, aunque no comprendiéramos, de todo lo que nos decían.

Y es esa fe la que nos pide el Señor, Mt 18, 3: «y dijo: En verdad os digo que si no os convertís y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos» Una fe limpia, confiada, sin condiciones, abandonada en las manos del Señor. En definitiva, una fe como la de un niño con sus padres.

Es momento de dejarnos transfigurar y preguntarnos: ¿Tenemos esa fe? ¿Pedimos esa fe? ¿Buscamos esa fe? O, ¿nos dejamos transfigurar por la Palabra de Dios para que nazca esa fe en nuestro corazón? Quizás el acontecimiento de nuestra propia vida nos dé esa posibilidad de mirarnos en Jesús y, transfigurados en Él podamos comprender que también nosotros somos verdaderos hijos de Dios. Y con Él estamos llamados a encontrarnos.