martes, 28 de abril de 2020

YO SOY EL PAN DEL CIELO

Catholic.net -
Jn 6,30-35
Todo alimento material es perecedero y, caducado, nos deja en el mismo estado o, quizás, peor. Tenemos que buscar un alimento imperecedero que nos sostenga eternamente y dichosos. Y en este mundo todo lo que existe perece, porque pertenece al mundo y el mundo tiene su fin. El Antiguo Testamento es figura del Nuevo y todas las profecías que en él se hacen tienen su cumplimiento en el Nuevo Testamento.

Moisés, por la Gracia de Dios, alimentó al pueblo por el desierto con el mana bajado del cielo. Pero, ese pan no sirvió sino para un tiempo determinado. Lo mismo ocurre ahora con la multiplicación de los panes. Aquellos hombres y mujeres fueron alimentados hasta saciar su hambre. Pero, ¿y cuando el hambre vuelva otra vez? Esa hambre y esa sed nunca quedarán saciadas y siempre estaremos hambrientos y sedientos.

El hombre busca un pan que le sacie plenamente y eternamente, y ese Pan es el Señor: «En verdad, en verdad os digo: No fue Moisés quien os dio el pan del cielo; es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo; porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da la vida al mundo». Entonces le dijeron: «Señor, danos siempre de ese pan». Les dijo Jesús: «Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed».

No hay otra alternativa ni otro mensaje. La Buena Noticia es siempre la misma, la única que hay: El Señor es tu único Dios y a Él sólo adorarás con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser y con todo tu corazón. Y Él es el verdadero y único Pan del Cielo, que te alimenta hasta darte la plenitud de la Vida Eterna. Él es el Camino, la Verdad y la Vida y sólo a través de Él encontraremos la manera de saciar nuestra hambre y sed de manera eterna. Busquemos sin cesar al Señor Jesús.