domingo, 22 de mayo de 2022

AMAR AL SEÑOR ES GUARDAR SU PALABRA


El Evangelio de hoy descubre la reiteración con la que Jesús enseña y repite: «Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él. El que no me ama no guarda mis palabras. Y la palabra que escucháis no es mía, sino del Padre que me ha enviado… 

Observen que estos días atrás leíamos los pasajes evangélicos Jn 15, 12-17; Jn 15, 18-21; y hoy leemos Jn 14, 23-29. En todos ellos, Jesús nos recuerda a su Padre y su mandato y la dificultad que implica seguirle. Y nos recuerda que vendrá el Paráclito – Espíritu Santo – para recordarnos y enseñarnos lo que debemos tener presente y recordar a cada instante de nuestra vida. Es indudable quien ama a Jesús está también amando al Padre, pues, la Palabra que nos da Jesús es la Palabra del Padre.

Si no escuchamos y, en consecuencia, no amamos al Señor, tampoco amamos al Padre Dios. Queda, pues, claro que quienes dicen: “Yo creo en Dios, pero no el la Iglesia” está engañándose y desoyendo la voz de Jesús, fundador de la Iglesia que ha dejado en manos de los apóstoles. Por tanto, el camino está claro, se trata de no solo creer, sino de actuar y vivir en la Palabra que Jesús nos da. Palabra que guardamos, recordamos y nos esforzamos en vivir en la Iglesia, donde hemos recibido, en la hora de nuestro bautismo, al Espíritu Santo.