No mires para otro lado, nos lo dice a nosotros también. Sí, a ti y a mí. Estamos en este mundo porque estamos en el pensamiento de Él desde siempre, desde el principio y para siempre. Y si nos ha creado es porque también quiere algo de nosotros. Para eso nos ha creado libres, es decir, con capacidad de respuesta y de elección. Pero, te ha dado la capacidad de conocer lo bueno y también lo malo, de ahí tu responsabilidad de utilizar esos talentos de forma a colaborar con el bien y la verdad.

Todo lo que tenemos lo hemos recibido gratuitamente de Él y también nos ha dicho que espera de cada uno de nosotros - parábola de los talentos - . Por tanto, dependerá de nosotros que, por la acción del Espíritu Santo, respondamos a lo que el Señor nos pide. Porque, sería un disparate querer responderle por nosotros mismos siguiendo nuestros criterios e impulsos. ¿Para qué ha venido entonces el Espíritu de la Verdad? ¿Para qué nos lo ha enviado el Padre? ¿Para qué se ha ido Jesús Resucitado?
En lugar de ellos, y por la unidad y amor entre ambos, ha venido el Espíritu Santo. Un Espíritu que nos dirige, nos auxilia y nos fortalece desde la aceptación voluntaria y libre de dejarle actuar en nosotros. Por eso, Señor, desde esa disponibilidad y confiando en Ti abro mi corazón para que el Espíritu enviado por el Padre me alumbre el camino para poder seguirte con firmeza, valor y docilidad.