jueves, 2 de abril de 2020

EN OTRA DIMENSIÓN

Juan 8,51-59 | Evangelio del día - parroquiaweb.es | Movie posters
Jesús descubre su divinidad, pero aquellos fariseos y escribas no le entienden. Están apegados a sus tradiciones y a su ley, y fuera de ella no entienden nada o no le dan valor. Jesús está hablando de vida eterna y ellos están pensando en la vida física por la que todos tenemos que pasar. Así murió Abraham y los profetas y cada uno de nosotros también tendremos que morir.

Y las Palabras de Jesús las toman como imposible y como de alguien que está o consideran endemoniado. Leemos: «En verdad, en verdad os digo: si alguno guarda mi Palabra, no verá la muerte jamás». Le dijeron los judíos: «Ahora estamos seguros de que tienes un demonio. Abraham murió, y también los profetas; y tú dices: ‘Si alguno guarda mi Palabra, no probará la muerte jamás’. ¿Eres tú acaso más grande que nuestro padre Abraham, que murió? También los profetas murieron. ¿Por quién te tienes a ti mismo?».

Debemos de pensar que, quizás, a nosotros nos esté ocurriendo lo mismo. Tenemos muchas dudas y no llegamos nunca a disiparlas plenamente. Siempre están con nosotros y nos inquietan y nos alertan para ponernos en guardia. Claro, hoy nosotros tenemos una gran ventaja, y es que, por la Iglesia, nuestra madre sabemos quien es Jesús y entendemos sus Palabras en el Evangelio. Pero, debemos de comprender y ponernos en el lugar de aquellos contemporáneos de Jesús.

Jesús es el Hijo de Dios, la segunda Persona de la Santísima Trinidad y ha existido siempre. Es el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob y su nombre es Yo soy. Abraham se llenó de alegría cuando vio el día del Señor - Gn 18 -  y los judíos, que tienen por padre a Abraham se agarran a la ley y tradiciones y no salen de ahí, no ven más. Tratemos nosotros de levantar nuestra mirada y mirar más arriba para encontrarnos con el Señor, verdadero Hombre y verdadero Dios. Quizás estos momentos de pandemia, entre otras cosas, nos traiga la oportunidad de encontrarnos con el Señor.