jueves, 8 de octubre de 2020

EL DON DEL ESPÍRITU

 

Ser libre y tener capacidad de respuesta y de elección nos hace responsable. Y esa responsabilidad nos exige discernimiento, esfuerzo y elección. ¿Qué significa y a qué nos compromete estas capacidades? Significa que somos responsables y que tendremos que responder de todos nuestros actos. Significa que hemos recibido unos talentos y de ellos tenemos que dar cuenta. Posiblemente no nos gustará que nos pidan cuenta, pero, quieras o no, tarde o temprano, tendrás que responder de las obras de tu vida.

Por todo ello necesitamos pedir paz, sabiduría y fortaleza para poner todo lo que está de nuestra parte y Dios pondrá, si así lo cree conveniente, todo lo que falte y nosotros no podamos. Para eso nos ha puesto al frente de su Viña - el mundo - para que bien administrada dé los frutos esperados. De modo que, por mucho que pidamos recibiremos lo que no esté al alcance de nuestro esfuerzo y talentos, porque, todo lo demás dependerá de tu entrega, tu esfuerzo y tus talentos, que, dicho sea de paso, has recibido gratuitamente.

Ya, desde la hora de nuestro bautismo hemos recibido el Espíritu Santo y siempre, a lo largo de toda nuestra vida, lo tendremos disponible y atento a nuestra llamada para asistirnos y auxiliarnos. Dependerá, pues, de nosotros, que le abramos nuestros corazones y nos dejemos llevar por sus impulsos para vivir en el cumplimiento de la Voluntad de Dios Padre.

La cuestión es que hay situaciones, circunstancias y caminos que nos exigirán esfuerzos, sufrimientos y hasta padecer. Son nuestras cruces y, a nadie le gustaría sufrirlas, pero, por el bien y para el bien de todos, y, sobre todo, por amor y poniéndolas al pie de la Cruz de Xto. Jesús soportaremos, injertados en el Espíritu Santo, todo lo que la vida nos vaya presentando en nuestro camino. Pero, nunca, como hijos necesitados de su Padre, dejaremos de pedir por nuestras necesidades.