viernes, 18 de diciembre de 2020

NACER A UNA NUEVA VIDA

Mt 1,18-24

Nacer es empezar de nuevo a vivir. Sin embargo, nacer de nuevo, una vez nacido, es imposible. Jesús, que habla de un nuevo nacimiento, hablando con Nicodemo lo explica y lo deja claro: Mientras Jesús hablaba con Nicodemo, Él dijo "...De cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios". Nicodemo le dijo, "¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?" Jesús contestó, "De cierto te digo, que el que no naciere del agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo..." (Juan 3:3-7).

Con el nacimiento de Jesús nace una vida nueva. Así lo entendió José, esposo de María y, avisado en sueños, rehusó repudiar a María y acogerla aceptándola como esposa y asumiendo su papel de padre adoptivo de Jesús. Creo que en ese momento, José, dejó entrar la Luz en su corazón y nacer a una nueva vida. Una vida nueva que nace del encuentro con Dios y la acogida al Espíritu Santo recibido en nuestro bautismo.

Y eso sucede en la hora de nuestro bautismo si realmente somos consciente y abrimos nuestro corazón al Espíritu Santo. Pero, ¿qué significa esto? Significa nuestra disponibilidad a estar abierto a no hacer mi voluntad sino la Voluntad que el Espíritu de Dios me va marcando. Eso es lo que nos deja como testimonio San José. Abrió su corazón a la llamada del Señor y a su Voluntad. Y así lo hizo en su vida obedeciendo, aún sin comprender, la acogida a María y al Niño Dios, la huida a Egipto y regresar de nuevo para emprender una vida nueva en Nazaret, así como responsabilizarse de la educación, junto a María, de Jesús, el Hijo de Dios, de que muchas veces se sorprendía por su actuación.