domingo, 23 de julio de 2023

CONVIENE DEJAR LAS COSAS EN MANOS DE DIOS

 

Mt 13, 24-43

Es evidente que en el mundo suceden muchas cosas malas y que hay momentos que nos parece que hay más mal que bien. Sin embargo, a pesar de nuestro parecer, cada día se producen muchos milagros. La semejanza del hombre con su Creador se pone de manifiesto en muchas cosas que nos recuerdan que nuestro Padre Dios está presente. Y es que a pesar de tantas cosas malas aparecen muchas buenas.

Junto a la semilla buena crece también la cizaña, la semilla mala. Y nuestra reacción inmediata es quitarla, cortarla e impedir que crezca y estropee la mala. La sorpresa es que nuestro Padre Dios nos dice que mejor es dejarla que crezca junto a la buena y, al final de los tiempos, Él hará la siega.

La indicación es que tenemos que vivir junto a la cizaña y no perder de vista nunca su poder de seducción que nos tienta para que olvidemos el valor del trigo, Tener siempre presente que el amor es el valor más grande que podamos dar. Abrir los ojos y ver la cantidad de cosas buenas – pequeños milagros – como frutos de la buena semilla que crecen y salen a la luz cada día. ¿Acaso no es un milagro que el mundo mantenga su equilibrio a pesar de la cantidad de cizaña que hay en él?

Y el objetivo es tener plena confianza en nuestro Padre Dios y obedecerle. Él está con nosotros y sabe de la malicia de aquel que, por la noche, ha venido y sembrado cizaña. Nos dice que no desesperemos, que crezcamos con ella pero siempre a su lado. No busquemos la perfección ni el arreglo inmediato.  Él vendrá al final a separarla la cizaña del trigo. Y ese mandato de nuestro Padre Dios nos alegra, nos fortalece y nos ayuda en el camino. Al final esperamos confiados que Él ponga las cosas en su sitio.