martes, 11 de enero de 2022

JESÚS ES DIFERENTE Y ENSEÑA CON AUTORIDAD

 

No  cabe ninguna duda, Jesús es diferente. Su Palabra está en sintonía con sus obras. Su vida tiene coherencia, lo que dice lo hace. ¿Se puede tener mayor autoridad? Lo extraño y anormal sería nos sorprenderse ante la forma de actuar y hablar de Jesús. Su presencia desprende admiración y una gran autoridad, pues sus palabras se corresponden con su actuación. No conocían a nadie que tuviese y mostrase esa autoridad de enseñar. Sus palabras quedan confirmadas con sus obras. Jesús asombra y deja sorprendido a todos.

Sin embargo, se hace difícil de entender es que, tanto sus contemporáneos como los de nuestro tiempo, no nos demos cuenta de esa extraordinaria Autoridad de Jesús. No nos percatemos de que su Palabra tiene siempre cumplimiento en directa sintonía con su obra. Lo que sale por sus labios queda confirmado en su obra. ¿Cómo es posible que no percibamos esa realidad? Supongo que el poder de la soberbia y la prepotencia hace esa labor de oscurantismo y ceguera para impedir que realmente percibamos que estamos delante del Hijo de Dios, el Mesía profetizado en las Escrituras e enviado por el Padre.

Jesús, como no podía ser de otra manera, es extraordinario hasta el punto que es el Libertador que – enviado por su Padre – viene a liberarnos del pecado propiciado por el Maligno – demonio – príncipe de este mundo. Posiblemente, instalados en una vida cómoda, placentera y egoísta nos cuesta desinstalarnos y ver la realidad que Jesús, el Hijo de Dios, nos anuncia y proclama. Quedamos sometidos al pecado que nos esclaviza y nos seduce impidiéndonos ver la necesidad de liberación que nos trae Jesús. Indudablemente, necesitamos oración y penitencia para alcanzar esa conversión que nos pide Jesús