sábado, 16 de marzo de 2024

LLENOS DE PREJUICIOS

Conviene mirarse a sí mismo y no tanto a los demás. Conviene ser cauto y valorar todo a pesar de ser muy pequeño. Conviene no desestimar ningún lugar o persona por muy insignificante que nos parezca o creamos. Convine agarrarse más a la Palabra de Dios que a todo lo que se escribe de Él. Conviene no estar tan agarrado a la Teología y geografía hasta el punto de que nos impida aceptar la Libertad y Voluntad de Dios. Conviene fiarnos  y confiar plenamente de su Palabra y hacer su Voluntad.

Mejor rezar y pedir luz abriendo nuestro corazón a la acción del Espíritu Santo. Pidamos al Espíritu Santo que no seamos tan cerrados hasta el punto de subestimar la libertad de Dios negándole donde quiere manifestarse y cómo quiere hacerlo. ¿Acaso somos nosotros dueños de nosotros mismos para imponer a Dios la manera de manifestarse y de anunciar su inefable Amor Misericordioso? ¿Acaso nuestra libertad puede anteponerse a la libertad de Dios? ¿Quién nos creemos que somos?

Opinamos y damos nuestra propia interpretación de las cosas sin saber realmente el significado ni el por qué de esto o lo otro. Formamos nuestra opinión según nuestra limitada razón imponiéndonos a los demás y hasta el propio Dios sin advertir que somos realmente sus criaturas. ¿Cuándo vamos a despertar y a darnos cuenta de que solo Dios es la absoluta Verdad y todo lo que de Él nos sea revelado es Palabra de Vida Eterna? ¿Acaso alguien puede, por mucha teología y geografía que sepa, ser guía de nuestra vida y felicidad? ¿Acaso no venimos de Dios y a Él volvemos? Luego, ¿quiénes somos para decidir y poner los puntos sobre las íes?

Tratemos, pues, de vigilar y rezar, y no ser tontos ni comprar cosas que no sirven ni nos dan ninguna solución. Ser humildes y rezar para que el Espíritu Santo nos ilumine y nos dé la sabiduría y fortaleza para discernir siempre el buen camino y fiel a la Palabra de Dios.