viernes, 11 de diciembre de 2020

EXCUSAS Y JUSTIFICACIONES


A la hora de responsabilizarnos buscamos siempre excusas para justificarnos. Nos cuesta asumir la realidad y nos autoengañamos distorsionando la realidad para justificar nuestra respuesta y nuestro compromiso. Si nos habla Juan el bautista, nos excusamos culpándole de sobrio, radical, austero y hasta consideramos que tiene un demonio. Si nos presenta a Jesús, aducimos que es un comilón y borracho y que anda con publicanos y pecadores. De una u otra forma buscamos siempre excusas para justificarnos y autoengañarnos.

Ahora, se trata de ver que hacemos nosotros. ¿Me justifico y me autoengaño distorsionando la realidad? Busco razones ficticias, me escondo detras de mis miedos, mis apetencias y egoísmos para presentar razones que, en el fondo, buscan comodidad, satisfacción y confort. Es decir, respuesta a mis egoísmos y no a la Palabra y llamada del Señor.

Porque, lo que no queremos es comprometernos. Nos cuesta salir de nosotros mismos y, de hacerlo, lo hacemos a nuestra manera de acuerdo con nuestros intereses y apetencias. Posiblemente, eso es lo que le sucedió a aquellos fariseos y sumos sacerdotes, se resistieron a cambiar y a salir de sus comodidades y situación acomodada. Se autoengañaron y distorsionaron la realidad. ¿Nos estará pasando a nosotros lo mismo? No buscamos la verdad, sino nuestra verdad, que está contaminada de egoísmos y pecados.