sábado, 5 de junio de 2021

ESCONDIDOS BAJO LAS APARIENCIAS

 

Las apariencias engañan. A simple vista todas las personas representan y dan una imagen que luego tendrán que confirmar en su vida personal y ordinaria. No se es lo que se aparenta ser ni lo que se trata de parecer. Se es lo que realmente se hace cuando nadie te ve o cuando actúas espontáneamente sin ser vigilado ni observado. Por eso, en una ocasión: Jesús dijo a sus discípulos: Tengan cuidado de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos: de lo contrario, no recibirán ninguna recompensa del Padre que está en el cielo. Por lo tanto, cuando des limosna... - Mt 6, 1-6 -.

Se trata de no buscar lucimiento escondido en las falsas apariencias, ni mostrarte tus bondades para ser visto y admirado. Porque, todo nos viene dado y regalado por la Gracia de Dios, y, de Él recibimos la fortaleza, la sabiduría y el poder para superar nuestros egoísmos, dificultades y hedonismos.

Se vive mucho de apariencias y de cumplimientos, y eso, aunque tiene su importancia, pues, no solo hay que ser, sino también parecer, no es lo fundamental si realmente detrás no hay una sincera actitud de vida coherente y comprometida con lo que haces, dices y vives. Tratemos de cuidarnos y de ser coherentes con nuestro diálogo con el Señor. 

Tratemos de no llevar dos vidas, una la aparente y otra la auténtica. Tratemos de que nuestra vida de relación con Dios coincida con nuestra vida real de cada día, donde el amor que reflejamos sea un fiel reflejo - valga la redundancia - del amor de Dios.