viernes, 16 de septiembre de 2022

EL PAPEL DE LA MUJER

Lc 8, 1-3

Sin lugar a duda, la mujer desarrolla un papel importante en la sociedad en todos los aspectos. En ella empieza la vida humana que, con la colaboración del hombre, perpetuán, por la Gracia de Dios creador, la presencia humana en la tierra. Es complemento que perfecciona al hombre y que añade con su intuición y cualidades femeninas todo lo que el hombre no ve. Es la pareja que completa la obra de Dios, la creación del ser humano, hombre y mujer, semejantes a Dios.

Porque, si hemos sido creados semejantes a Dios, entendemos que Dios tiene semejanza tanto con el hombre como con la mujer. Luego, la obra humana perfecta se completa en el hombre y la mujer. Ambos forman esa semejanza con nuestro Padre Dios. Y, por supuesto, ambos tienen un papel importante en el Plan creador y anunciador del mensaje de la Buena Noticia. Creados por Amor y para amarnos.

Por tanto, hombre y mujer, diferentes para complementarnos en la construcción de esa nueva alianza que forman el pueblo de Dios. La familia será la célula que nos engendra, nos cobija y nos educa para el amor solidario y misericordioso semejante al que nuestro Padre Dios tiene con cada uno de nosotros. Por tanto, el papel de la mujer será determinante y necesario. Así transcurrió en la Vida de Jesús, nuestro Señor, tal y como vemos hoy en el Evangelio – Lc 8, 1-3 – donde las mujeres acompañan a Jesús en su labor evangelizadora.

 

—Somos semejantes a Dios, así lo dice la Biblia: Gn 1, 26: Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y ejerza dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo, sobre los ganados, sobre toda la tierra, y sobre todo reptil que se arrastra sobre la tierra. Pero eso no significa que seamos iguales —puntualizó Manuel.

—Supongo —respondió Pedro— que uno complementa al otro y eso exige que sean diferente. ¿No lo crees?

—Lo que a uno le falta, lo tiene el otro. De esa manera son más perfecto y, por supuesto, ¡lo más importante, necesitan amarse! Un amor que exige respeto e igualdad en dignidad.

 

Está claro para el que quiera ver las cosas como en realidad son. Hombre y mujer son iguales en dignidad. Ambos son hijos de Dios, pero con características y diferencias que hacen a uno el complemento del otro. Ambos formal la familia, célula de la sociedad sin la cual los pueblos desaparecen. Su papel, hablamos del lado feminista, tiene gran importancia y relevancia en la Iglesia. Lo vemos claramente en el Evangelio, Palabra de Dios.