lunes, 25 de septiembre de 2023

TU LUZ NO PUEDE QUEDAR OCULTA

Es evidente y de sentido común que cuando sabemos algo bueno sentimos deseos de comunicarlo y darlo a otros para que también gocen de eso bueno. Es la tendencia natural aunque a veces está tentada peligrosamente por la inclinación del mal. Sin embargo, lo natural es querer y desea que todos participen de lo bueno, del bien, de la bondad y la belleza.

Y esa es la Buena Noticia. Una vez que tú la recibes y la acoges no puedes dejarla oculta ni guardártela para ti solo. Sería una contradicción, pues la Buena Noticia se sustenta fundamentalmente en el amor: Dios nos ama hasta el punto de que ha entregado la Vida de su Hijo predilecto, dado voluntariamente por amor, para salvar la nuestra. No hay amor más grande ni nadie se puede callar esa hermosa y Buena Noticia de amor misericordioso. Ocultarla sería puro egoísmo y un pecado.

Por tanto, tu luz no puede quedar oculta. Necesitas dejarla alumbrar, que no es lo mismo que brillar. El brillo encandila y no deja ver claro. No deja pasar la luz sino que se queda en él mismo. Nuestra santidad consiste en todo lo contrario, dejar pasar la luz para que otro la reciban y queden iluminado por esa Buena Noticia que es precisamente nuestro Señor Jesús.

Es evidente que alumbrar una Luz Infinita no está a nuestro alcance pero desde nuestra pobreza y humilde testimonio, el Espíritu Santo, hará que se refleje esa inmensa Luz que nos lleva a un encuentro con el Señor. De la misma manera que la sal, casi desapercibida inunda de sabor la comida, o la poca levadura fermenta la masa, nuestro humilde y pobre testimonio de amor, por la acción del Espíritu Santo, dará Luz a aquellos que abran sus ojos y dejen que Jesús les alumbre e ilumine.