jueves, 26 de enero de 2023

LÁMPARAS PARA DAR LUZ

La lógica nos dice que una lámpara es un artilugio fabricado para dar luz. Sería contradictorio ponerla debajo de la mesa o esconderla debajo de la cama. Su objetivo para lo que ha sido fabricada es para alumbrar y dar luz. Luego no utilizarla en ese sentido sería algo ilógico y contradictorio a lo que se debe hacer.

Su lugar está pensado para ponerla en el candelero y alumbrar a todos para que vean. Ese símil fue utilizado por Jesús para enseñarnos y descubrirnos que nosotros somos, desde la venida del Espíritu Santo en la hora de nuestro bautismo, lámparas cuya luz debe ser la Luz de la Palabra de Dios.

El Evangelio es un don que se nos ha dado para compartirlo y es precisamente a eso a los que nos llama Jesús. Por la fuerza y acción del Espíritu Santo, auxiliados en su Espíritu somos lámparas que irradiamos la Palabra de Dios. Y a eso estamos llamados, a ser Luz del Evangelio en nuestros entornos vitales. Luz que expande la Palabra de Dios reflejándola en su vida. Una palabra que es lo que todo hombre y mujer espera, desea y busca, felicidad eterna.

Pero esa luz no la podremos dar sin estar conectados a la Luz Absoluta que nos trae y anuncia Jesús, el Hijo de Dios. Y que sólo a través de Él podemos alcanzar, descubrir e injertarnos en ella para irradiarla a todo el mundo.