miércoles, 21 de octubre de 2020

LADRONES Y LÍDERES

 
Estar vigilantes es algo consustancial al género humano, porque, el hombre intuye que le pueden quitar lo que tiene. Hemos nacidos por la Gracia de Dios, creados a su imagen y semejanza y, también, se nos ha dado el hermoso regalo de la Vida Eterna. Por tanto, ese espacio entre nuestro origen - venido de Dios - y nuestro destino, la Vida Eterna, se llama vida, es decir, el recorrido de nuestra vida. Y ese hermoso e infinito regalo lo podemos perder si no estamos vigilantes. Así que esa vigilancia es algo natural que debemos de tener muy en cuenta.
 
El ladrón siempre está al acecho buscando que puede substraer o apropiarse. Y no cabe ninguna duda que si supiéramos a qué hora viene el ladrón, no le dejaríamos entrar, pues estaríamos atentos y vigilantes. No sabemos la hora ni el día en que vendrá el Señor y de no estar vigilantes seremos sorprendidos en una actitud contraria a su Voluntad. Porque, vigilantes es estar en actitud permanente en vivir la escucha de su Palabra y ponerla en práctica cumpliendo su Voluntad.

Y esa será nuestra dicha, la de ser sorprendidos cumpliendo la Voluntad del Señor después de escuchar su Palabra y llevarla a nuestras vidas. Porque, eso es lo que ha dicho Jesús: Dichoso aquel siervo a quien su señor, al llegar, encuentre haciéndolo así. De verdad os digo que le pondrá al frente de toda su hacienda. Porque, de no estar vigilante podemos caer en la relajación y ser seducidos por los placeres y apetitos del mundo y alejarnos de nuestra misión para la que hemos venido a este mundo. 

Porque, tú y yo tenemos un liderazgo que cumplir en el ámbito doméstico, educacional o profesional. Todos somos líderes en algún sitio por insignificante que sea y en él hemos de derramar todos esos talentos que nos han sido regalados, porque, de ellos, se nos pedirá cuenta.