martes, 12 de enero de 2021

UNA AUTORIDAD DIFERENTE Y QUE HACE CRECER

 

Jesús recorre la comarca y entra en sus sinagogas anunciando y enseñando la Buena Noticia. Lo hace con una autoridad nueva, desconocida y admirada por todos. Una autoridad que no se impone, ni anula a los que la reciben deslumbrándoles con su poder, saber y capacidad, sino Autoridad que hace crecer, que ayuda a emerger las cualidades, dones y talentos que tienen los que reciben las enseñanzas para que, ellos, a su vez las pongan al servicio de los demás.

No conocemos el contenido de esas enseñanzas de Jesús, aunque podemos imaginárnoslos a través de sus conocidas parábolas y palabras. El evangelista San Marcos no nos lo dice, solo se centra en destacar la autoridad con la que Jesús enseña y la admiración de los que le escuchan. ... porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas. Había precisamente en su sinagoga un hombre poseído por un espíritu inmundo, que se puso a gritar: « ¿Qué tenemos nosotros contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Sé quién eres tú: el Santo de Dios». Jesús, entonces, le conminó diciendo: «Cállate y sal de él». Y agitándole violentamente el espíritu inmundo, dio un fuerte grito y salió de él.
Todos quedaron pasmados de tal manera que se preguntaban unos a otros: « ¿Qué es esto? ¡Una doctrina nueva, expuesta con autoridad! Manda hasta a los espíritus inmundos y le obedecen». Bien pronto su fama se extendió por todas partes, en toda la región de Galilea.  
 
Sus obras y milagros dan testimonio de su Palabra, que no solo se detiene en lo que transmite, sino que guarda estrecha coherencia con su Vida y Palabra. Una autoridad que se refleja en su Vida, y su Vida se descubre en su Palabra.