martes, 3 de septiembre de 2024

UNA PALABRA LLENA DE AUTORIDAD Y PODER

Eso es lo asombroso, la Palabra de Jesús viene llena de autoridad y poder. Y a todos los que la escuchan los deja asombrados y admirados. Hoy, ya en el siglo XXI, nos seguimos preguntando eso: ¿Qué Palabra es esa que habla con autoridad y poder? ¿De dónde le viene eso a Jesús?

Y nuestra respuesta es, al menos la mía y la de muchos que conozco, incluso virtualmente, la de que Jesús, el Señor, es el Hijo de Dios hecho Hombre. El encarnado en Naturaleza Humana y enviado – por el Padre – a este mundo para anunciarnos el año de Gracia, la salvación eterna gracias a la Misericordia Infinita de nuestro Padre Dios.

Eso sí, también nos cuesta entenderlo, pero no creerlo, por la Gracia de Dios. Porque, la fe es un don de Dios que pedimos y suplicamos recibirlo. Y, llenos de pobreza y santo temor, abrimos nuestros pobres y humildes corazones para que la Gracia de Dios, por la acción del Espíritu Santo, recibido en la hora de nuestro bautismo, nos invada y transforme nuestros corazones.

Y, hoy Señor, te damos gracias por tener esa fe que nos ayuda a, no preguntarnos por esos misterios que no podemos entender, pero sí razones y verdades que sí creemos y podemos razonar y ver evidentes, como esos milagros que a través de la historia prueban y testimonian tu presencia perseverante en nuestros caminos.

Comprobamos a lo largo de los siglos como Tú, Señor, Bien Absoluto, vences al mal. Y aunque siempre ese mal, espíritu inmundo – diablo -  está presente en nuestras vidas y sociedades – guerras, terrorismo, envidias, venganzas… etc. Tú, Señor, terminarás por vencerlos. Esa es nuestra esperanza al comprobar que en todos los corazones de los hombres reina un deseo de hacer el bien. Y ese deseo llegará con tu venida, Señor, al final de los tiempos.