domingo, 7 de noviembre de 2021

NO SE TRATA DE DAR, SINO DE DARNOS

 

Estamos acostumbrados – sometidos a nuestros egoísmos – a dar de lo que nos sobra y a exhibirnos delante de los demás. Pero, cuando realmente nos rascan el bolsillo miramos para otro lado haciendo oidos sordos.. Posiblemente, a pesar de la esclavitud de nuestra propia naturaleza, egoísta y herida por el pecado, no nos paramos a pensar y reflexionar. Y es que el camino necesita mucho de preguntas e intento de respuestas.

Porque, si no, no sabemos ni quiénes somos ni a dónde vamos iremos dando tumbos al ritmo que nos imponga el mundo. En el esfuerzo de inquietarnos por responder a esos interrogantes que están sembrados en nuestros corazones, iremos descubriendo quiénes somos y de dónde venimos. Y, descubriremos, que quien nos ha creado, no solo nos ha creado sino que se nos ha dado por Amor. Se ha entregado el mismo para rescatarnos del pecado y darnos su misma gloria.

¿Y qué le damos nosotros? ¿Lo que nos sobra? ¿Algo de lo que podamos prescindir? Miremos bien para nuestro adentro y pensemos. Jesús se sentó frente al arca del Tesoro y miraba cómo echaba la gente monedas en el arca del Tesoro: muchos ricos echaban mucho. Llegó también una viuda pobre y echó dos moneditas, o sea, una cuarta parte del as. Entonces, llamando a sus discípulos, les dijo: «Os digo de verdad que esta viuda pobre ha echado más que todos los que echan en el arca del Tesoro. Pues todos han echado de lo que les sobraba, ésta, en cambio, ha echado de lo que necesitaba, todo cuanto poseía, todo lo que tenía para vivir».

Se trata de darnos, de vaciarnos en ofrecernos según hemos recibido, porque, para eso lo hemos recibido, para darlo por amor a quienes lo pueden necesitar.Por lo tanto, no se trata de dar y colaborar, que siempre está bien. Se trata de darnos,  ofrecer nuestro tiempo, nuestra vida en poner en el centro de nuestro corazón el amor de Dios por y en beneficio de todos, sobre todo de los más que lo necesitan.