lunes, 16 de enero de 2023

UN AYUNO, NO RITUAL, SINO SEGÚN LA VOLUNTAD DE DIOS

Jesús trae la novedad, pero no una novedad por moda o porque hay que cambiar, sino una novedad que renueva lo sin sentido y ritual. El ayuno no es moda ni rito. Dios no quiere ni nos pide sacrificio sino amor y reconocimiento de su Divinidad misericordiosa. Dios busca y nos revela su amor misericordioso y, en consecuencia, nos pide fe en Él y en su bondad. Quiere que despertemos a su rescate de nuestra dignidad de hijos perdida por el pecado y quiere nuestra libertad en sintonía con su Voluntad, que es el mejor regalo que podamos conseguir.

Porque, su Voluntad es nuestro bien y nuestra felicidad. Es, precisamente, lo que buscamos aunque sin darnos cuenta y sin advertirlo. Pero, esa felicidad que anhelamos está escondida en nuestro corazón, pero un corazón misericordioso y compasivo. Ese es el Corazón de nuestro Padre Dios, Misericordioso y Compasivo. Por tanto, si queremos acercarnos y ser semejantes a Dios, a nuestro Padre Dios, tendremos que acercarnos a su Corazón. Tratar de imitarle en el esfuerzo de hacer de nuestro pobre y pecador corazón un corazón humilde, misericordioso y compasivo.

Por supuesto, eso no lo podremos conseguir por nuestra cuenta ni con solo nuestro esfuerzo. Necesitamos el concurso imprescindible del Espíritu Santo que, para eso, lo hemos recibido en nuestro Bautismo. Y es ese el verdadero ayuno que nos pide Dios. Un ayuno sacrificado en hacer su Voluntad. Una Voluntad que en muchos momentos exigirá eso, abstinencias, renuncias, sacrificios y penitencias. Evidentemente, no cuando estamos con Él – Novio – sino cuando la oscuridad nos lo quiere arrebatar.

Hagamos de nuestro corazón un paño nuevo, un odre nuevo para instalar en él un vino nuevo para que quede en él la impronta del Corazón de Jesús..