viernes, 28 de octubre de 2022

ORAR Y ANUNCIAR

Dice el Papa Francisco que la primera labor de un apóstol es “orar” y, la segunda, “anunciar el Evangelio”. Es evidente que la oración precede a la proclamación o anuncio. En la oración pedimos luz, entendimiento y, sobre todo, fuerzas para que nuestro anuncio vaya sincronizado y coherente con nuestra vida. Digamos que lo que anunciamos lo vivamos. Palabra y vida.

Jesús estaba en constante contacto con su Padre. En el Evangelio de hoy vemos que se retira a orar – pasa toda la noche en vigilia, escucha y diálogo con su Padre – para, luego, al amanecer elegir a los doce apóstoles que le van a acompañar en la misión de anunciar la Buena Noticia. Una Buena Noticia que supone lucha, entrega, riesgo y peligro, hasta el extremos, como sucedió con Jesús, de entregar la vida.

Sin embargo, esa elección no coacciona ni impone. Es una propuesta de confianza, de fe y de experiencia de encuentro. No son llamados ni elegidos por conocimientos ni por preparación. Ni siquiera por cualidades especiales. Son elegidos tras la experiencia de un encuentro serio, profundo y vivencial con Jesús. Su Palabra, su Vida y el Amor Misericordioso que les anuncia de parte de su Padre, les llega a lo más profundo de sus corazones. Y deciden seguirle.

La experiencia es satisfactoria, le embriaga de gozo y felicidad hasta el punto de padecer como Jesús. Experimentan un sentimiento de honor verse perseguidos y amenazados como le sucedió al Señor Jesús. La sangre de los mártires es semilla de cristianos. Jesús atrae y vienen de todas partes a oírlo y a pedirle alivio y sanación para sus enfermedades. Muchos, termina el Evangelio diciendo, trataban de tocarlo, porque salía de Él una fuerza que los curaba a todos.

¿Vamos nosotros en ese camino? ¿Buscamos a Jesús con el deseo de encuentro y de experimentar la acción, el gozo y la alegría de su Palabra? ¿Y, experimentado ese encuentro y vivencia con Él abrimos nuestro corazón con la actitud y disponibilidad de seguirle y dar testimonio con nuestra vida? Tiempo para discernir y esforzarnos en dar una respuesta.