miércoles, 5 de julio de 2023

LA PRESENCIA DE JESÚS NOS COMPLICA NUESTRA VIDA

Sucedió ayer, sucede hoy y sucederá mañana, la Palabra de Dios complica nuestra vida. Es una evidencia que podemos constatar a lo largo de la historia del cristianismo. Jesús complica nuestro mundo, nuestras sociedades de ayer, de hoy y, posiblemente de mañana. Hasta que venga de nuevo el Señor, seguirán asumiendo y aceptando que la presencia de Jesús es molestosa, comprometida e inasumible.

Así ocurrió con aquellos del pueblo que, avisados por los porquerizos, invitaron a Jesús a que se marchara de su pueblo y no les complicara sus vidas. ¿Nos pasa a nosotros lo mismo? Posiblemente suceda que cada cual se crea un pensamiento, un criterio del pensamiento y obra de Jesús. Unos quieren interpretarlo quizás mejor que Él; otros lo interpretan según lo entienden, y otros se esfuerzan en vivir lo que Él vivió y al estilo que Él lo vivió.

Es indudable que nunca nos pareceremos a Él; es indudable que por mucho que queramos siempre estaremos en el error, y es indudable que, si somos pecadores, estaremos siempre pecando y equivocándonos. Precisamente, para eso necesitamos bautizarnos y abrirnos a la acción del Espíritu Santo, que corregirá nuestros errores y orientará nuestro camino. La Buena Noticia es sencilla. Juan simplemente invitaba a convertirse, a ponerse en camino de arrepentimiento y conversión. Lo otro es cosa del Espíritu Santo.

 Jesús la proclamó de forma simple y sencilla:  Ama, ama a Dios sobre todas las cosas y, desde Él, podrás amar a tus hermanos. Muy fácil decirlo pero solo asistido por su Espíritu podremos conseguirlo. Y, quizás, ni eso, solamente quedarnos en el empeño. Pero lo verdaderamente importante es siempre estar en la actitud y esfuerzo de amar misericordiosamente como Él nos ama. Esa es la sustancia y fundamento del mensaje de la Buena Noticia.