miércoles, 1 de junio de 2022

EL MUNDO, UN CAMINO LLENO DE DIFICULTADES Y PELIGROS

Decimos que la vida es hermosa, pero, quizás, muchos no podrán decirlo de una forma tan plena. La vida les ha exigido mucho a unos y, a otros, les ha dado más días de dolor y sufrimiento que días de paz y gozo. Dependerá, pues, de cada uno experimentar como le va en su camino. Pero, en ánimo de concretar, podemos decir sin temor a equivocarnos que la vida es dura y exige fortaleza y perseverancia.

Nuestro destino no está aquí abajo. Cierto es que tenemos que morir, la realidad más cierta y segura, pero, llegada esa hora, nuestro camino es el Cielo. Y, para llegar al Cielo nuestra lucha es constante y dura. El mundo se opone a nuestro destino y trata de seducirnos con sus ofertas y placeres. Mundo, demonio y carne son las tres grandes amenazas que tratan de desviarnos de nuestro camino y destino, llegar al Cielo junto al Padre.

Jesús, el Hijo de Dios, nos ha anunciado ese camino y, también, nos lo ha enseñado. Él se ha puesto como Camino, Verdad y Vida, y nos ha señalado con su Vida y Obras por donde debemos ir. Avanzar junto a Él y permanecer injertado en Él será fundamental e imprescindible para no apartarnos del camino ni caer en la trampa del Maligno. Conocemos nuestra arma, la oración, y la frecuencia de la Eucaristía y la Reconciliación cuando hemos sufrido un tropiezo.

Tenemos algo muy importante: “No estamos solos”, nos acompaña el Espíritu Santo y la oración que el Señor le pide al Padre: (Jn 17,11b-19): En aquel tiempo, Jesús, alzando los ojos al cielo, dijo: «Padre santo, cuida en tu nombre a los que me has dado, para que sean uno como nosotros. Cuando estaba yo con ellos, yo cuidaba en tu nombre a los que me habías dado. He velado por ellos y ninguno se ha perdido, salvo el hijo de perdición, para que se cumpliera la Escritura». Pero ahora voy a ti, y digo estas cosas en el mundo para

Por tanto, confiemos en la Palabra del Señor y, apoyados en Él, en su Palabra y su Espíritu caminemos en la confianza de que también nosotros, como Él, venceremos al mundo, demonio y carne.