Decimos que la vida es hermosa, pero, quizás, muchos no podrán decirlo de una forma tan plena. La vida les ha exigido mucho a unos y, a otros, les ha dado más días de dolor y sufrimiento que días de paz y gozo. Dependerá, pues, de cada uno experimentar como le va en su camino. Pero, en ánimo de concretar, podemos decir sin temor a equivocarnos que la vida es dura y exige fortaleza y perseverancia.
Nuestro
destino no está aquí abajo. Cierto es que tenemos que morir, la realidad más
cierta y segura, pero, llegada esa hora, nuestro camino es el Cielo. Y, para
llegar al Cielo nuestra lucha es constante y dura. El mundo se opone a nuestro
destino y trata de seducirnos con sus ofertas y placeres. Mundo, demonio y
carne son las tres grandes amenazas que tratan de desviarnos de nuestro camino
y destino, llegar al Cielo junto al Padre.
Jesús,
el Hijo de Dios, nos ha anunciado ese camino y, también, nos lo ha enseñado. Él
se ha puesto como Camino, Verdad y Vida, y nos ha señalado con su Vida y Obras
por donde debemos ir. Avanzar junto a Él y permanecer injertado en Él será
fundamental e imprescindible para no apartarnos del camino ni caer en la trampa
del Maligno. Conocemos nuestra arma, la oración, y la frecuencia de la
Eucaristía y la Reconciliación cuando hemos sufrido un tropiezo.
Tenemos
algo muy importante: “No estamos solos”, nos acompaña el Espíritu Santo y la
oración que el Señor le pide al Padre: (Jn 17,11b-19): En aquel tiempo, Jesús, alzando los ojos
al cielo, dijo: «Padre santo, cuida en tu nombre a los que me has dado, para
que sean uno como nosotros. Cuando estaba yo con ellos, yo cuidaba en tu nombre
a los que me habías dado. He velado por ellos y ninguno se ha perdido, salvo el
hijo de perdición, para que se cumpliera la Escritura». Pero ahora voy a ti, y digo
estas cosas en el mundo para…
Por tanto, confiemos en la Palabra del Señor y, apoyados en Él, en su Palabra y su Espíritu caminemos en la confianza de que también nosotros, como Él, venceremos al mundo, demonio y carne.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.
Tu comentario se hace importante y necesario.