miércoles, 3 de noviembre de 2021

INVITADOS Y LLAMADOS

 

Nadie está excluido. En el Evangelio de hoy podemos observar como lisiados, cojos, ciegos, hidrópicos, paralíticos, marginados, pobres…etc. Todos están invitados o llamados a ese “Banquete”, incluso con insistencia. Nunca con exigencias, pero, sí con perseverancia, machaconería y sin cansancio. La llamada está – siempre que haya vida – activa y llena de esperanza.

Vale la pena leer el Evangelio de hoy y meditarlo serenamente. El de hoy y todos, pero, ahora, hoy, estamos centrado en este.

Cada día, el Señor, celebra un “Banquete” de valor Infinito – la Eucaristía – que nos alimenta espiritualmente y nos fortalece. Todo sucede por la Gracia y la entrega voluntaria y por amor del Hijo, que, con su Pasión, Muerte y Resurrección, nos gana la Vida Eterna. ¡Bendito “Banquete”!

Pero, ¿qué sucede? Muchos todavía no lo hemos entendido. No es cosa de hoy para mañana. Otros están ciegos, paralíticos, apegados a la carnalidad y materialidad de las cosas de este mundo. Cosas caducas y de un valor finito.

¿Sabemos realmente de lo que estamos hablando? Estamos cambiando lo Infinito y perfecto por lo finito e imperfecto. Y seguimos tan frescos, convencidos y hasta indiferentes a esa Invitación al “Banquete” de Vida Eterna en plenitud de gozo y felicidad. ¡Realmente, estamos ciegos!

Tú tienes la palabra. Dios la ha puesto en tus manos y tú decidirá el orden y valor de tus prioridades. Decidirás a quién merece la pena seguir, porque, eso que buscas no te lo puede dar sino quien realmente lo tiene. Y, en este mundo donde vivimos - ¡ya son muchos años! - no parece que esté. Se hace muy necesario indagar, buscar y seguir a quien realmente nos puede regalar lo que realmente buscamos:  "La felicidad Eterna"