Cuando pedimos
estamos reconociendo nuestra condición de necesitados y de pecadores porque
solo piden aquellos que tienen necesidad y los que necesitan perdón por sus
errores y pecados. Y el Señor nos ofrece su Misericordia que nos libera y nos
salva. Vivimos por la Gracia de Dios y somos liberados de la esclavitud del
pecado por su Misericordia Infinita.
Por tanto, se nos
dice en el Evangelio de hoy: (Mt 7, 7-11) En aquel tiempo, dijo Jesús a
sus discípulos: «Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os
abrirá; porque todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se
le abre. Si a alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le dará una
piedra?; y si le …
Jesús, el Hijo de
Dios, nos trae la Buena Noticia de parte de su Padre: Dios, que nos recibe y
nos quiere como hijos, y lo somos a través del Bautismo, nos revela su Amor
Misericordioso e Infinito de salvación. Nos llama a que le pidamos, a que le
busquemos y le llamemos para darnos con Amor Misericordioso todo lo que
necesitamos para hacer su Voluntad en este mundo que nos toca vivir y que trata
de seducirnos, engañarnos, esclavizarnos y perdernos.
Al mismo tiempo damos gracias a Dios por todo lo que tenemos y hemos recibido y le pedimos la fortaleza para poder conservar y trabajar con eficacia esta tierra y sus frutos para el bien de todos. Hoy que la tecnología nos permite obtener recursos sin grandes esfuerzos, te pedimos, Padre Bueno, que nos de la humildad de reconocernos deudores de tu Gracia y te pedimos el don de la fraternidad y convivencia fraternal para que los beneficios obtenidos sean repartidos en y para bien de todos los hombres.