jueves, 3 de diciembre de 2020

EL ANUNCIO DE LA PALABRA

Mt 7,21.24-27

Un padre busca siempre lo mejor para sus hijos. Jesús, el Hijo enviado por el Padre, ha venido para cumplir una misión, el Anuncio de la "Buena Noticia". Es deseo del Padre comunicar a todos sus hijos su Amor y su ofrecimiento para que compartan su Gloria eternamente con Él. 

Y, Jesús, no solo lo ha anunciado, sino que ha formado un grupo de discípulos a los que le encarga esa misión anunciadora: «Se me ha dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos». 

Anunciar significa  construir, porque el que anuncia tiene que mostrar lo que hace, pues las palaras se la lleva el viento. Pero, ¿dónde construye y se apoya? Porque, una buena construcción necesita una buena base o roca donde apoyar sus cimientos. El anuncio de la Buena Noticia exige conocerla y vivirla. En otras palabras ser testigos de ella, y eso necesita estar sedimentada y apoyada sobre la Roca que es Xto. Jesús.

Sólo apoyados en Xto. Jesús encontraremos la forma de discernir y decidir el camino a tomar en nuestros ambientes doméstico, profesional y laboral y como ciudadano. Se trata de trasladar la Palabra, no solo oída sino escuchada a la vida de tu familia, de tu profesión laboral y de tu relación social como ciudadano perteneciente a una sociedad civil en la que vives y te realizas. 

Y eso exige un fundamento y apoyo en Xto. Jesús. Alimento de nuestro cuerpo y alma y fortaleza de nuestro espíritu para la lucha de cada día y el discernimiento de las opciones a tomar según la acción, auxilio y dirección del Espíritu Santo. Una relación establecida y animada por la oración y el alimento Eucarístico, que nos sostendrá ante las tempestades y p eligros que nos acechan.