domingo, 8 de octubre de 2023

UNA AUTORIDAD COMO SERVICIO PARA SERVIR A LOS DEMÁS, SOBRE TODO A LOS MÁS NECESITADOS.

Posiblemente hayamos oído esta parábola varias veces. Dependerá de tu actitud de seguir a diario el Evangelio de cada día. En mi caso la he oído muchas veces y cada vez, en la medida que trato de escucharla y abrirme a ella, mi corazón queda impregnado del deseo y la actitud de servir.

Pienso que cada uno de nosotros somos una viña, singular y personal para el Señor. Él ha plantado la semilla de su Palabra en cada uno de nuestros corazones y nos ha dejado libres para que la cultivemos, abonemos y demos frutos. Frutos que derramaremos sobre los demás, de manera especial en los más necesitados. Frutos que presentaremos al Señor cuando llegue el momento de presentarnos ante Él.

Ahora, ¿cómo va nuestra vida? ¿Cuál es la cosecha que vamos consiguiendo y preparando para cuando el Señor nos la pida? ¿Y qué clase de frutos vamos cosechando? Dar respuesta a estas preguntas ira describiendo nuestra actitud, nuestro camino y nuestra fidelidad a esa misión que el Señor nos encargó como administradores de esa viña que el Señor nos confío.

Y todos sabemos que frutos vamos cultivando, cosechando y recogiendo con la buena intención de ofrecérselos. Será bueno y necesario estar en esa labor y, para ello, unidos al Espíritu Santo, para que nuestros frutos sean del agrado de nuestro Señor.