viernes, 15 de mayo de 2020

SIEMPRE UNIDOS AL SEÑOR

Cuál es tu parte favorita de este fragmento del Evangelio? (Juan ...
Jn 15,12-17
El Evangelio de estos últimos días, 13-14 y 15 de mayo, nos habla de lo mismo, de esa permanencia en el Señor sin la cual no podríamos obtener la cosecha y dar buenos y hermosos frutos. Dios te ha creado para que seas feliz. No entra en la buena lógica crearte para, luego, destruirte o hacerte infeliz. Dios te ha creado para compartir su Gloria contigo y que eso sea motivo de alabanzas y adoración hacia Él. Dios quiere tu felicidad sea eterna y compartida con Él.

Por y para eso ha enviado a su Hijo, para anunciarnos su Amor, su intención y su oferta de felicidad eterna junto a Él. Y, el Hijo, Jesús, nos lo ha transmitido así con hermosas parábolas - el Padre amoroso o el hijo prodigo, Lc 15, 11-32 - y también con su Amor desinteresado, gratuito y hasta el extremo de dar su Vida por cada uno de nosotros. Él, nuestro Señor Jesús, es el Camino, la Verdad y la Vida.

El Papa también nos lo decía ayer en su homilía de la Eucaristía en Santa Marta: Se hace necesario permanecer en el Señor, pero no una permanencia pasiva y dormida, sino activa y despierta. Una permanencia en actitud de escucha y de disponibilidad a dejarse mover por la acción del Espíritu y de entregarse plenamente a donde el Espíritu sople y requiera nuestra acción.

Un permanecer recíproco como resultado, decía el Papa, de que Dios actúa en ti en la medida que tú te abres a su acción. Porque, Dios, esto lo digo yo, responde en la medida que tú estás disponible a obedecerle y a confiar en Él. Cuando tú das un paso hacia adelante, Dios ya ha dado dos tendiéndote su Mano para que, donde tú no puedes llegar, Él te da su Mano para que llegues. Pero, siempre, recuerda, unido a Él, porque, sin Él nada puedes.