jueves, 18 de julio de 2024

TODO NUESTRO AGOBIO ENCUENTRA DESCANSO EN JESÚS

Hay momentos en que la vida se nos hace una loza aplastante. Todo se oscurece y nos sobrepasa. Perdemos la paciencia y todo se derrumba. La desesperación nos abruma y no encontramos la salida a tanta angustia.

Y la paz está muy cerca, igual dentro de nosotros. Jesús, el Señor, está siempre a nuestro lado, y su presencia da sentido a todo lo que nos desespera y angustia. Igual no se soluciona ningún problema, pero tampoco pasa nada. La vida no termina en las cosas, en las pérdidas ni en nada que nos pueda arrebatarla. La vida sigue y busca la felicidad y la paz, y ellas están en Jesús. Él da descanso a nuestra atribulada desesperación.

Siempre hay esperanza, y para un cristiano esa esperanza se hace vida y se concreta en esos momentos donde aparentemente parece que termina. Cuando todo, aquí abajo parece que ha terminado, allá, en el otro mundo la vida continúa y sigue latiendo. Y es esa meta la que nos debe fortalecer y dar serenidad y descanso.

Nada importa en esta vida hasta el punto de llegar a desesperarnos. Claro, importan muchas cosas pero no hasta el extremo de perdernos, angustiarnos y desligarnos de nuestro Señor Jesucristo. Él es precisamente la Vida, esa Vida que ansiamos y buscamos y que, en Él, nunca perderemos el descanso y la paz. Sus mismas palabras nos lo dejan claro: (Mt 11,28-30): En aquel tiempo, Jesús dijo: «Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y…