jueves, 9 de marzo de 2023

¿DÓNDE ESTÁN LOS DESEOS DE NUESTRO CORAZÓN?

Lc 16, 19-31

Es fácil dejarnos arrastrar por nuestros deseos. Dependiendo de nuestras circunstancias vitales, sociales y económicas nuestra vida se desenvuelve de manera que, quizás sin darnos cuenta, como ese anónimo rico epulón, pasamos nuestra vida de banquete en banquete buscando satisfaccionesa, bienestar y placer.

Posiblemente no advertimos que sucede a nuestro derredor. Solo nos interesa nuestro yo, perdemos la noción del tú, y nos relacionamos buscando satisfacer nuestro egoísmo y, lo que vulgarmente decimos, pasarlo lo mejor que pueda. Nos olvidamos de los demás ‒ lázaros ‒ y nuestra mirada queda fijada en banquetearnos mientras vivimos.

Es posible que, si nos detenemos un poco y pensamos advertiremos que no estamos lejos de esa imagen que nos da el rico epulón. Los deseos de nuestro corazón miran para nosotros mismos y solo nos interesa el disfrute y nuestro confort. ¿Dónde está y queda nuestro amor? ¿Cómo pensamos presentarnos delante de nuestro Padre Dios cuando nos llegue nuestra hora? ¿Qué le diremos?

¿Conocemos la respuesta que hoy nos da el Evangelio? Supongo que será muy parecida a la que recibiremos nosotros si nuestra vida sostiene la mirada solamente en nosotros, en nuestras egoísmos y satisfacciones. Si no miramos detenidamente a nuestro derredor y descubrimos muchos lázaros sufrientes, necesitados de orientación, de pan, de amor y de descubrir el sentido del Evangelio. Cambiar nuestra mirada no solo es necesario sino que en esa nueva mirada se esconde nuestro gozo y felicidad.