viernes, 16 de julio de 2021

PONERSE EN EL LUGAR DEL OTRO

 

No cabe duda que cuando haces el ejercicio de ponerte en el lugar del otro se enciende una luz en tu corazón y, ¿qué sucede? Pues, simplemente, comprendes mejor su actuación y experimentas misericordia. Es eso lo que Jesús nos transmite cuando nos dice: ... Pues yo os digo que hay aquí algo mayor que el Templo. Si hubieseis comprendido lo que significa aquello de: ‘Misericordia quiero y no sacrificio’, no condenaríais a los que no tienen culpa. Porque el Hijo del hombre es señor del sábado. 

Jesús nos transmite que lo verdaderamente importante es situarte en el lugar del que piensas que está cometiendo un delito o incumplimiento de la ley. Y si lo haces experimentas comprensión y misericordia. Precisamente, el Evangelio de hoy nos narra el hecho del incumplimiento de la ley del sábado por los apóstoles cuando, sintiendo hambre, arrancan las espigas del campo por donde pasaban y sacian su hambre y sed.

¿Has sentido tú hambre alguna vez? Si lo experimentamos - por ejemplo con algún ayuno - comprenderemos mejor lo que queremos significar con un juicio misericordioso. Es posible que muchas veces tengamos nosotros hambre y sed de muchas cosas. Será bueno discernir si son necesarias y buenas, o si no lo son. Porque, todo lo que hagamos debe estar en función y bien del hombre, y a veces hay leyes - sábado - que no van en ese sentido.