domingo, 13 de octubre de 2024

IMPOSIBLE PARA EL HOMBRE, PERO POSIBLE PARA DIOS

Con solo nuestras fuerzas nos será imposible negarnos y renunciar a las riquezas, el poder y la fama. Nuestra naturaleza está contaminada por el pecado que origina en nosotros vanidad, ambición haciéndonos egoístas. De ahí que Dios, nuestro Padre, que nos conoce y sabe de nuestras fuerzas, nos envía al Paráclito para que en Él podamos encontrar la fortaleza de sobreponernos y vencernos.

Pero, antes tenemos que abrirles las puertas de nuestro corazón con el bautismo. Somos libres – así nos ha creado Dios – y dependerá de nosotros abrir o cerrar la puerta de nuestro corazón a la venida del Espíritu Santo. Porque, sólo con la gracia de Dios podemos cambiar nuestra vida y mirar de otra manera. Es la única alteridad que podamos conseguir.

Llenos de su Gracia empezaremos a pensar, a actuar y a ver las cosas con otros ojos, con otros valores hasta el punto de encontrar la fortaleza de salir de nosotros mismos, vencer nuestra vanidad, ambición y egoísmo, y actuar como nunca hubiésemos imaginado.