martes, 30 de enero de 2024

«HIJA, TU FE TE HA SALVADO. VETE EN PAZ Y QUEDA CURADA DE TU ENFERMEDAD»

No son resultados de magia ni casualidades. Tampoco son milagros. Son precisamente actos consecuencia de la fe que es la causante del milagro. Hija, tu fe te ha salvado, le dice Jesús. Y la busca con su mirada y se lo dice porque quiere que tanto ella como los que puedan oírle lo sepan. Es la fe la que realmente salva y produce el milagro.

Y será nuestra fe la que nos mueva a permanecer fieles a Jesús sea cual sea el resultado de nuestros proyectos u objetivos en este mundo. Porque, la fe es la que nos dice que, pase lo pase, estamos salvados; porque la fe nos descubre que, tras el paso irremediable por la muerte en este mundo, llegaremos al del Reino de los Cielos, del que Jesús nos habla y nos promete; porque la fe, no solo nos sostiene nuestra perseverancia sino que nos alienta, nos da vida y nos salva.

Por tanto, no esperemos que las cosas aquí abajo tengan que ser como a nosotros nos gustaría. No esperemos que la vida, camino de este mundo, sea un camino de rosa ni que todo nos salga bien porque el Espíritu Santo va con nosotros. Sepamos siempre que nuestro camino es de cruz y que es precisamente la fe la que convertirá esa cruz en salvación eterna.