martes, 26 de septiembre de 2023

¿VÍNCULOS DE SANGRE O DE AMOR?

El Evangelio de hoy deja meridianamente claro que el vínculo con Jesús no es tanto el de sangre sino el del amor. Un amor nacido desde la escucha de su Palabra y materializado en el compromiso con los demás, sobre todo los necesitados y más pobres. A la llamada de que su Madre y hermanos le buscan, Jesús responde: «Mi madre y mis hermanos son aquellos que oyen la Palabra de Dios y la cumplen».

La Palabra de Jesús es Palabra de Dios y va dirigida a cada uno de nosotros, a todo el universo, a toda criatura porque todos han sido creados por Dios. Por lo tanto, el Evangelio, Palabra de Dios, ha sido escrito para ti y si tienes la oportunidad de leerlo debes escuchar esa Palabra y ponerla en práctica en tu vida. Otra cosa que no tengas esa posibilidad de conocerla y leerla y no la conozca. Cada cual sabe realmente cuan es su situación y las posibilidades que tiene de conocerla, leerla, escucharla y llevarla a su vida. Y cada cual responderá de esa su responsabilidad ante Dios.

El verdadero vínculo está en eso, en conocer la Palabra de Dios y llevarla a tu vida. En eso se identifican su Madre y sus hermanos, escuchan la Palabra de Dios y la cumplen. Y es su Madre, también nuestra Madre, la primera discípula y el primer testimonio de escucha y cumplimiento de la Palabra de Dios. Y, aprovechando su maternidad de Madre queremos mirarnos en ella y tratar de imitarle en la escucha y cumplimiento atento y comprometido en cada día de nuestra vida.

Ese es el camino, el reto de cada día, empezar de nuevo desde la Palabra de Dios, su escucha atenta y, asistidos en el Espíritu Santo, esforzarnos en llevarla a nuestra vida de cada día sabiendo que el Señor camina y está con nosotros.