sábado, 22 de mayo de 2021

UN SEGUIMIENTO PERSONAL

 

A la hora de seguir a Jesús pensamos que debemos hacerlo fijándonos en éste o aquel otro que nos sirve de modelo por ser un buen creyente. Y es bueno que nos fortalezcamos los unos con los otros, pero, esa no debe ser nuestra tendencia ni referencia para orientar nuestro seguimiento al Señor Jesús. No se trata de eso, sino de consolidar una actitud de seguir a Jesús teniéndolo como modelo. Es eso lo único importante, estar permanentemente a su lado tratando de amarle, porque, como decíamos ayer, el amor es lo único importante.

El seguimiento de cada cual es, y debe ser, un seguimiento personal, característico de cada uno según sus cualidades y talentos recibidos. No nos sirve el seguimiento de otro - si nos ayuda y fortalece su testimonio y ejemplo - con sus propias cualidades recibidas. Dios conoce las mías y la de todos. Por tanto, sabe qué y hasta dónde puedo llegar.

La actitud y la buena intención, la limpieza de corazón y un compromiso profundo son las características que debemos tener como denominadores común en el seguimiento de Jesús. Luego, Jesús, el Señor, sabe qué y cómo puedo yo seguirle. Esa es nuestra reflexión, personal e intransferible, porque, para Dios somos únicos e intransferibles.